Axolote

Axolote




El Axolote
 
El nombre Axolotl (Axolote)
proviene de la lengua Nahuatl utilizada por los antiguos
Aztecas y significa Perro de Agua, nombre con el que
comúnmente se le conoce aunque hay otros como: El Pez
que Camina.
Nos referirse a una
especie anfibia muy concreta: la Ambystoma Mexicanum. Es
un animal que tan sólo puede encontrarse en los lagos
Mexicanos. El problema radica en que, casi siempre, se
define como Axolotl al estado larvario de cualquier
salamandra.

Estos animales de particular
aspecto son una de las muchas maravillas que nos ofrece
la Naturaleza. Detrás de este aspecto tan grotesco se
encuentra un apasionante anfibio cuyas características
son únicas en el reino animal.
Los anfibios sufren una serie
de modificaciones en su aspecto exterior desde el
momento en que nacen hasta que se hacen adultos. Este
proceso se denomina metamorfosis y está regulado por un
delicado equilibrio que incluye entre muchos factores la
presencia de determinadas sales disueltas en el agua
tales como el yodo y el calcio.
Algunos animales como el
axolote, que aquí nos ocupa, son originarios de zonas
pantanosas de México y viven en aguas carentes de yodo
desde hace mucho tiempo.
El animal nace de un huevo,
sufre un proceso de metamorfosis, pero en determinado
momento de su evolución y por falta de yodo en el agua,
quedan en estado larvario permanente. Son anfibios en el
estadio intermedio de desarrollo, las branquias
permanecen fueran del cuerpo y respiran por allí a la
manera de los peces. En condiciones especiales como
sequías, salen de su charca y respiran aire atmosférico
como los anfibios.
Para mantener el acuario del
auténtico Axolote en perfectas condiciones primero ha de
ser identificado como tal, debido a su característica
forma de vida. El Ambystoma Mexicanum es un anfibio
Neotenous, es decir; al contrario que el resto de las
salamandras obligadas a sufrir una metamorfosis en una
etapa de su vida, esta especie puede vivir
(habitualmente de 10 a 15 años, aunque algún ejemplar ha
llegado hasta los 25 en laboratorio) siempre en estado
larvario gracias a sus vistosas branquias externas de
color rojizo. Lo hará constantemente en el agua, sin
necesidad de pasar por esa transformación. Sólo se
metamorfoseará si las condiciones de su entorno empeoran
y necesita adaptarse a ellas.

Por desgracia el medio ambiente
a nivel mundial va degenerando día a día y los Axolotl
en libertad han desarrollado la necesidad de
metamorfosearse, como si se trataran de cualquier otra
especie de Salamandra, para conseguir sobrevivir.
Identificación:
El Axolote auténtico posee una coloración entre
gris oscuro o gris claro, dándose casos de animales
albinos. La Salamandra Tigre, por ejemplo, varía entre
tonalidades que van del verde amarillento al marrón
oscuro aunque cuando son muy jóvenes apenas existe
diferencia entre ambas especies ya que sus cuerpos son
de una tonalidad marfil y totalmente transparentes.
Además, si se necesita saber la
edad del Axolote, se deberá tener en cuenta la cantidad
de pequeños bultos benignos que cubran su cuerpo;
cuantos más posea, mayor será. A partir del año y medio
de su vida, estos bultos comenzarán a brotarle de forma
más o menos dispersa.
Temperatura:
14 – 18 ºC. Con temperaturas mayores, incrementa su
metabolismo y ha de ser alimentado más frecuentemente.
PH: 7,6 a 7,8.
Filtración:
Seco-húmedo de capacidad muy superior al acuario. Es
conveniente usar un filtro de placa para la
transformación de las numerosas deposiciones ricas en
amoníaco. Las bombas usadas para este filtro se deberán
enfocar a las paredes de cristal con el fin de evitar
corrientes excesivas. Es recomendable un sifonado de la
grava una vez al mes.

Aireado: Usar
compresores de escasa potencia también para evitar
fuertes corrientes que les impida nadar con soltura.
Compatibilidad:
Sólo con su propia especie.
Iluminación:
Suave. Son animales nocturnos que evitan la luz solar.
Decoración del acuario:
Escasa y con muy pocas plantas para que puedan
nadar sin dificultades. La grava ha de ser de gran
tamaño para evitar que se la traguen cuando succionan el
fondo en busca de alimento.
Capacidad del acuario:
A partir de 400 litros puesto que los
ejemplares adultos llegan a alcanzar unos 30 cm.
aproximadamente.
Alimentación:
Preferiblemente, alimento vivo o congelado, como Larva
Roja de mosquito, Tubifex, caracoles pequeños
(Vivíparos), trozos de pescado, etc. Si deja de
alimentarse, se le ofrecerá una dieta diferente a la que
se le esté suministrando en ese momento. En bajas
temperaturas, una vez cada dos días; en altas, una vez
por día. Si llega a la metamorfosis, dos veces por día.
Manejo: No
tocar el animal a menos que sea necesario. Su piel es
demasiado sensitiva y delicada. En ese caso, se pondrá
sobre la palma de la mano procurando que sus patas
queden fuera para que no huya.
Comportamiento:
Activo pero pacífico. Si tienen problemas
territoriales quiere decir que el acuario es demasiado
pequeño como para mantener varios ejemplares al mismo
tiempo.
Metamorfosis:
No obligarles nunca a hacerlo, ni siquiera con fines
científicos. Les provocará un “stress” innecesario que,
irremediablemente, degenerará en muerte. Además, si se
consigue satisfactoriamente, su metabolismo se
incrementará. Si se observase síntomas de apatía se
deberá regular los parámetros del agua; el animal habrá
comenzado la metamorfosis, seguramente, para adaptarse a
las pobres condiciones del acuario.
Enfermedades:
Las malformaciones derivadas de problemas genéticos
quizás sean las más frecuentes. Contra ellas no hay
lucha posible, lamentablemente. Estas suelen
manifestarse en el deforme crecimiento de las branquias
externas, lo que impedirá que el animal capte todo el
oxígeno que necesita para desarrollarse con normalidad.
Fácilmente le provocará la muerte.
Se aconseja no adquirir
animales que hayan compartido el acuario de la tienda
con anfibios de otras especies o con numerosos miembros
de su propia especie. Son muy sensibles a los contagios
y al “stress”. Además, sus branquias son muy llamativas
y pueden ser mordidas o arrancadas por otros animales.
Cuando un Axolote enferma víctima de alguna infección,
lo primero que hará será dejar de comer, aunque también
puede que lo haga por hastío de la dieta. Este
comportamiento es el síntoma inequívoco para que
comencemos a actuar. Inmediatamente cambiaremos su
alimentación. Si el animal vuelve a ingerir alimentos,
querrá decir que no está enfermo. En caso contrario,
deberemos chequear las condiciones del acuario (pH,
dureza, temperatura, etc.) y corregir los parámetros
desestabilizados. Realizar un cambio de agua es toda una
ayuda pues, casi seguro, el animal se recuperará sin
necesidad de usar medicamentos, siempre agresivos y muy
residuales.
Si se determina una
decoloración en el animal o una sustancia algodonosa en
su piel, significará que ha sido afectado por hongos.
Entonces se deberá recurrir a un fungicida específico
para anfibios. Siempre que se complete un tratamiento
químico se deberá realizar un cambio de agua y una
limpieza del filtro para eliminar los residuos del
medicamento.
También puede que su cuerpo sea
recubierto por numerosos bultos. Algunos, aquí y allá,
son normales; pero sí crecen y se transforman, o si
aparecen en gran número quiere decir que se encuentra
enfermo. Este problema de “stress” surge en acuarios
pequeños; el único tratamiento posible es trasladar el
Axolote a un tanque de mayor capacidad.
Cuando un animal sea aquejado
por alguna enfermedad, se deberá reducir la alimentación
pues, en la mayor parte de los casos, la
sobrealimentación es la causante de aquellas.

En ocasiones puede que su
vientre o su cloaca se hinchen. Esto puede tener origen
en la gestación de los huevos en las hembras. Si no es
así, hay que llevarlo inmediatamente al veterinario.
Seguramente se trate de una afección cardiaca y no
podemos corregir este problema por nosotros mismos.
Por último, si el animal parece
sano pero deja de alimentarse aún incluso cambiándole la
dieta, quiere decir que está comenzando a metamorfosear.
Habrá que chequear todos los parámetros del agua y
corregirlos.
Reproducción:
No es tarea fácil aunque sí factible. Ante todo habrá
que saber distinguir entre las hembras y los machos.
Aquellas son más delgadas y estilizadas y poseen grandes
glándulas alrededor de la cloaca, por lo que esta será
más abultada, aunque estos rasgos diferenciales no se
manifestarán hasta la madurez sexual, alrededor de un
año o año y medio de vida. Además, las hembras se
hincharán en época de reproducción (como ya expliqué,
los machos también pueden sufrir este abultamiento
ventral por problemas de salud)
Durante la época que abarca
desde Agosto a Octubre, podremos montar un paritorio a
pesar que estos animales eligen el mes de Febrero para
su reproducción cuando están en libertad. El acuario
para dicha tarea se prepara sólo con agua y pequeñas
rocas donde el macho pueda adherir sus Espermatóforos,
unos diminutos conos blanquecinos que, a modo de
cápsula, contienen el esperma. Anteriormente a la parada
nupcial habrá que cubrir el tanque y dejar solos al
macho y a la hembra. Entonces comenzará el cortejo que
consiste en que el macho cortejará a la hembra dándole
pequeños golpes con la boca y enredándose con ella. Es
en ese momento cuando depositará los Espermatóforos
sobre las rocas. La hembra le seguirá y los irá
recogiendo con su cloaca para depositarlos, después, en
un lugar llamado Espermatotheca. Al cabo de un día o día
y medio, el macho deberá ser separado de este acuario.
Habrá que observar si quedan Espermatóforos sobre las
rocas (la hembra no los recoge todos). Si es así, habrá
que proceder sacando a la hembra del acuario para
después depositarla en un pequeño contenedor de cristal.
Al día siguiente encontraremos algunos huevecillos en el
recipiente. Entonces devolveremos la hembra al
acuario-paritorio con el objeto de que recoja los
Espermatóforos restantes .
Los huevos serán puestos
durante dos o tres días después de la fase anterior. En
este período la hembra no se comerá los huevos pero,
después, tendremos que retirarla para que no lo haga.
Las larvas sólo podrán ser reunidas con los padres al
menos tres meses después de la eclosión. Los huevos
necesitan una iluminación de 14 horas diarias y no puede
existir ninguna variación en su intensidad durante esta
fase puesto que los huevos no eclosionarían jamás.
Cuando termine la puesta, se
procederá a recoger los huevos que hayan sido
desperdigados por el acuario. La hembra todavía tendrá
algunos en su interior que podrán ser recogidos con una
pipeta mientras se les presiona ligeramente en la zona
de la cloaca. Estos huevos vienen provistos de una
cápsula envolvente que les protege de las infecciones.
Los que se salgan de dicha cápsula, morirán sin remedio.
Es aconsejable retirar los huevos malogrados o
infértiles pasado un día desde la puesta. La temperatura
es muy importante; aunque los embriones puedan soportar
temperaturas de 1 – 2 ºC, muchos no aguantarán mínimos
de 10 ºC . Lo más conveniente son 20 – 22 ºC para
acelerar su desarrollo pero nunca sobrepasar los 25 ºC.
En dos o tres semanas los
huevos eclosionarán. Entonces deberemos retirar las
cápsulas y los embriones malogrados. La pequeña larva
saldrá dispuesta a comerse todo lo que se ponga a su
alcance, incluido sus hermanos. Podemos utilizar
preparados alimenticios para larvas del que se
comercializa en cualquier tienda especializada. Si no
los alimentamos regularmente, sus estómagos se llenarán
de aire y morirán.
Llegado este momento, podemos
utilizar un método ideado por la Sogang University,
Korea. Se trata de separar a las larvas de forma
individualmente en pequeños compartimentos en forma de
caja dispuestos a lo largo y a lo alto del acuario en
forma escalonada, como si de una pirámide se tratase.
Cada uno de estos compartimentos fabricados en
Metacrilato dispondrá de una conexión con el agua del
acuario para aprovechar la filtración y la aireación.
Dichas cajas deberán ser limpiadas o cambiadas por otras
semejantes cada día. Una vez que las larvas hayan
crecido más de 3 cm. , se les podrá trasladar a otro
acuario mayor con compartimentos también mayores. Cuando
pasen los 8 cm. (alrededor de mes y medio de edad), se
les podrá depositar en el acuario comunitario exclusivo
para Axolotes.
En definitiva, si consiguen
mantener en condiciones a este anfibio tendrán, a
cambio, un animal especial muy inteligente y activo que
llegará a comunicarse plenamente con ustedes.

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