La vejez de los gatos

La vejez de los gatos



Los gatos
viejos



Si bien es conveniente vigilar siempre la salud de nuestras mascotas, cuando
éstas llegan a la vejez, debemos aumentar aún más el control de su estado físico
y acudir al veterinario de manera más frecuente.
La vejez de los gatos llega a partir de los ocho años, aunque si las
condiciones de vida han sido excepcionales, los procesos degenerativos que
llegan con la edad pueden retrasarse hasta los diez años. Las mascotas mayores
pueden tener más o menos problemas médicos dependiendo de la nutrición y el
cuidado durante toda su vida, aunque también influyen otro tipo de elementos
ajenos a la vida del animal, como la genética o las condiciones ambientales del
lugar donde vive.
Éstas son las enfermedades más comunes que se dan en los gatos de edad avanzada:
enfermedad intestinal inflamatoria, problemas dentales, diabetes, enfermedades
cardiovasculares, renales y pancreáticas, obesidad, anemia, lipidosis hepática
secundaria, cáncer, hipertiroidismo, hipertensión y hepatopatías, entre otras.


La importancia de las revisiones durante la vejez de los gatos
El hecho de que tu gato tenga buen aspecto y esté aparentemente sano, no
significa que no debas llevarlo al veterinario a realizarse revisiones
periódicas. Lo más adecuado es que el especialista realice un examen físico,
análisis de glóbulos rojos, análisis de orina, controle el peso y revise su
nutrición, dientes, oídos, uñas y piel, como mínimo una vez al año.
Si el felino doméstico tiene algunos problemas leves de salud, el especialista
debe añadir al control rutinario anterior algunas pruebas, como un
electrocardiograma o radiografía de tórax. Si nuestra mascota no se encuentra
bien y tiene problemas serios de salud, hay que realizar, a parte de los
exámenes anteriores una radiografía abdominal una vez cada seis meses.
No hay que olvidar administrar las vacunas correspondientes a la edad del
felino. Es necesario vacunar a los gatos mayores contra FVRCP, rabia,
clamidiasis, bordetelosis y leucemia felina.
Controlar el peso y el contagio de parásitos
En las edades más avanzadas, debemos vigilar el peso de nuestra mascota, aunque
el hecho de que adelgace no tiene por qué significar que tenga problemas de
salud. También hay que controlar la aparición de parásitos, ya que pueden
provocar infecciones más peligrosas que las que pueda sufrir un animal joven.
Un examen de las deposiciones del gato nos permitirá saber si tiene algún tipo
de gusano parasitario, que se elimina con medicamentos que nos proporcionará el
especialista en salud animal.
Los exámenes de ojos, corazón, sangre y orina deberán ser rutina para nuestro
gato. Es muy beneficioso que el veterinario acondicione las uñas y limpie los
oídos del felino al menos una vez cada dos meses. También vigilaremos su
apetito, si tiene tos persistente, los olores anormales, y la piel -bultos o
úlceras que no curan-, ya que pueden alertarnos de infecciones o enfermedades.
Cuidar su alimentación durante la vejez de los gatos
Mimar la dieta de un gato viejo puede ser clave para mejorar los problemas de
salud inherentes a una edad avanzada. Un buen método es darle muchas raciones
pequeñas de comida, pero regulares. Si el gato padece hipertiroidismo, se
requiere incrementar el contenido energético de las comidas, ya que suelen
perder peso.
En cuanto a la salud dental, la higiene oral es esencial durante toda la vida
del minino para evitar que los dientes se le caigan por la acción del sarro. Los
alimentos secos son los más adecuados para que nuestra mascota tenga una buena
dentadura, puesto que este tipo de comida elimina los depósitos de suciedad de
los dientes.
Si el gato tiene los dientes en mal estado, los alimentos tendrán que ser
blandos y estar cortados en porciones muy pequeñas. El agua tendrá que estar
siempre fría porque los felinos viejos pueden descontrolar la temperatura de su
cuerpo y, al cambiar su percepción de la sed, padecer deshidratación.
Existe la creencia generalizada de que los gatos tienen mayor propensión a estar
obesos en edades avanzadas. La mayoría de los estudios veterinarios rechazan
esta afirmación, así que sólo debemos reducir la cantidad de alimento si el
especialista lo aprueba.

Fuente:

www.facilisimo.com

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