Salud
Muy importante: Las siguientes notas no pretenden ser un manual de medicina canina. Hay que tener en cuenta que
ante cualquier posibilidad de enfermedad, lo correcto es acudir al veterinario, en especial si hay apariencias de gravedad.
Aquí tan solo se pretende dar una idea general acerca de los aspectos sanitarios relacionados con el perro, para que el
lector tenga algunos conocimientos que le sirvan de ayuda y orientación acerca de “como funciona” su animal. También se
dan algunos consejos generales y algunas normas que conviene seguir para que el animal esté sano, así como las
indicaciones necesarias para saber reconocer si hay algún problema, y si es necesario, como actuar provisionalmente
hasta que se pueda obtener ayuda especializada.
Fisiología canina. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
pero en general, a los 10 años un perro ya es viejo. Por regla general, las razas pequeñas viven más que las grandes. En la duración de su vida influyen, obviamente, el ambiente, los cuidados, la alimentación e higiene, etc. La estatura definitiva la alcanzan hacia el primer año de vida, aunque siguen “creciendo” en musculatura hasta los dos o tres años, dependiendo de la raza. Los perros de raza pequeña dejan de crecer antes. Durante el primer año de vida el desarrollo es rapidísimo, por lo que es difícil aplicar una escala de equivalencias entre su edad y la edad humana. A partir del primer año ya se puede establecer una correspondencia con más seguridad (ver la tabla al final de esta sección). Todos los cachorros, independientemente de la raza, tienen el mismo aspecto al nacer (esto es un detalle muy importante a considerar al adquirir un perro, no se puede distinguir un mixto de un pura raza) pero van tomando los detalles característicos rápidamente, como puede verse en las siguientes fotos:
Hasta los 6 meses el perro es cachorro. La adolescencia llega hasta los 12 meses, y después ya se le puede considerar adulto.Aunque a esta edad ya se pueden reproducir, no es conveniente considerarlo antes de que el animal tenga al menos 18 meses. La frecuencia de las respiraciones y el pulso, además de los factores externos como temperatura ambiental, ejercicio que se realiza, etc, varía con la edad. En los cachorros toma los valores más elevados, y baja al mínimo cuando el perro es viejo. La temperatura se le puede tomar externamente, en las axilas o las ingles, teniendo en cuenta que ha de sumarse medio grado para equipararla a la temperatura rectal.
Esta aproximación es poco exacta, ya que el desarrollo fisiológico no sigue una proporción directa. Hasta que el perro alcanza el primer año de edad, su desarrollo es muy rápido, por lo que un perro de 6 meses, según este cálculo, seria “equivalente” a una persona de 7 x 6 = 42 meses, o sea, un niño de tres años y medio. En la realidad, a los 6 meses, un cachorro entra en la adolescencia (13 o 14 años en las personas). La siguiente tabla muestra una relación más exacta, a partir de cuando el animal cumple su primer año de edad.
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Cuidados habituales. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
horas de sueño, costumbres diarias, etc. El perro tiene tolerancia a las alteraciones de la rutina, pero si son excesivas, o nunca hay una rutina, el perro vivirá en un estado de tensión permanente, que acusa en su salud.
cuidados.
de cierto prestigio, lo más probable es que ya haya recibido su primer lote de vacunas y esté sano (de lo contrario, se juegan su prestigio). En el caso de que sea un cachorro (o no tan cachorro) encontrado, regalado por un amigo, o comprado a un particular, lo primero que hemos de hacer es llevarle al veterinario. En los primeros meses de vida hay que darle una serie de vacunas (el veterinario ya te dirá cuales y fijará el calendario adecuado), y en cuanto cumpla el primer año hay que vacunarle contra la rabia, y a partir de ahí, una revacunación anual. No olvides hacerlo puesto que, además de ser obligatorio por ley, la rabia es una enfermedad mortal y contagiable a las personas. Además de la vacunación, no está de más aprovechar la visita anual para hacer al perro un “chequeo” general. Recuerda que igual que con las personas, “más vale prevenir que curar”.
y las enfermedades que causan son diferentes. Antes de cada vacunación, es necesario desparasitar al perro. La palabra técnica es desverminación. El veterinario nos dirá con cuanta antelación ha de hacerse y qué medicamento hemos de usar. Independientemente de la desparasitación previa a las vacunas, si al recoger las deposiciones de nuestro perro vemos señales de lombrices, hay que llevarle al veterinario. Trata de recordar el aspecto que tienen por si te pide una descripción (lo ideal sería llevar una muestra, pero mucha gente no tiene estómago para ello). En cualquier caso y hasta que el perro vuelva a estar sano, hay que extremar las medidas de higiene, a saber:
antiparásitos, mantener limpio el entorno del perro, cepillarle el pelo con frecuencia y usar después algún spray insecticida, y observación (vigilar si se rasca demasiado, caidas del pelo o lesiones de la piel, explorar periódicamente la presencia de garrapatas). Algunos consejos prácticos para librarse de estos parásitos cuando han aparecido, pueden verse en la página de higiene. Pulgas: Aunque tengamos al perro en las mejores condiciones higienicas, no es raro que aparezcan de vez en cuando, ya que aunque pasan poco tiempo en el perro, permanecen en el entorno durante mucho tiempo, y pueden volver a aparecer con mucha facilidad. Las pulgas del perro rara vez muerden a las personas, y solo si no hay un perro disponible. Garrapatas: Son bastante peligrosas, ya que pueden transmitir al perro una gravisima enfermedad, la piroplasmosis (una variante de la anemia, de origen vírico). Se estacionan sobre el cesped y los matojos, y en cuanto detectan la presencia de un perro saltan sobre él. Su tamaño es pequeñísimo, pero debido a la sangre que chupan pueden crecer hasta el tamaño de un guisante. En cuanto se las detecta hay que eliminarlas. Piojos: Chupan la sangre del perro y anidan sobre su pelo, donde pegan sus huevos (las liendres). Se reproducen a gran velocidad, por lo que pueden causar lesiones cutáneas de cierta gravedad. Además, el picor vuelve al perro inquieto y nervioso. En perros jóvenes o débiles pueden causar una anemia grave y agotamiento del organismo, a veces con consecuencias fatales.
de comida para perros tienen una gama variada de alimentos (para cachorros, para perros viejos, para hembras gestantes, etc), y además suelen proporcionar información acerca de la cantidad de comida que ha de contener la ración diaria en función del peso y raza del perro. Un perro sano y bien enseñado (o sea, sin malas costumbres en cuanto a la comida) debería de comerse todo lo que le ponemos en el plato (si la ración es la correcta). El veterinario o, mejor aún si el perro es de raza, el criador, te pueden orientar acerca de raciones y tipo de comida. Hay que tener en cuenta algunos detalles para que la hora de la comida no cause problemas de salud, a saber:
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Enfermedades. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Dado que estas páginas no pretenden ser un manual médico, que existen muchos textos sobre el tema de las enfermedades del perro y las describen más o menos detalladamente, y sobre todo, que en la inmensa mayoría de los casos lo único que el dueño puede y debe hacer es acudir al veterinario, no se explicará aquí en que consiste cada enfermedad. Lo que si se hará será dar una lista de sintomas de alarma, que si observamos en nuestro perro, motivan el dirigirse al veterinario lo antes posible. A veces puede no haber tal enfermedad, y el “sintoma”, deberse a algún otro motivo menos alarmante, pero es mejor pecar por exceso de precaución. Ante la aparición de cualquiera de los síntomas de la siguiente lista, lo mejor es acudir al veterinario de inmediato. Ya que algunas enfermedades son más características de ciertas razas de perros, es interesante considerar la idea de comprarse un buen libro dedicado a la raza del perro que poseas. La mayoría suelen hablar de dichas enfermedades y dar información práctica.
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Accidentes. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Ante todo, mucha calma. Lo primero es fijarse en si el perro está inconsciente. En el caso de que no lo esté, hay que tener mucho cuidado, pues en el estado de shock producido por el accidente, el perro puede morder sin importarle que se trate de su propio amo. Lo primero es tranquilizar al perro, por el tema de las mordeduras, y también para evitar que agrave su estado con movimientos. Nunca está de más tener un botiquín en casa para los problemas leves. En principio no es necesario nada especial, “específico para perro”. Lo que tendríamos en un botiquín para nosotros sirve. Una vez evaluada la situación hay que ponerse en contacto con el veterinario lo antes posible. Conviene tener a mano un número de teléfono de urgencias veterinarias.
Además de lesiones externas (heridas, fracturas) puede tener lesiones internas. Inmovilizar al perro lo mejor posible y llamar a urgencias. Aunque el perro esté consciente y se levante por su propio pié, aparentemente “bien”, hay que llevarle al veterinario para que le exploren. No olvides que el perro no puede decir “me duele aquí”. Aunque parezca estar bien hay que hacerle un reconocimiento. Ante la posibilidad de lesiones de columna, hay que evitar mover al perro salvo que sea absolutamente imprescindible.
Sirven los mismos consejos que en el caso de un atropello. Apenas hay diferencia en el tipo de lesiones que se puede producir.
Hay que evitar que el perro camine. Si no sabemos inmovilizar una fractura o luxación, es mejor hacer que el perro se quede tumbado hasta que tengamos ayuda. De todas formas, lo más probable es que tengamos que llevarle nosotros al veterinario, así que lo mejor es que nos movamos rápido. Si la fractura es abierta (con herida) habrá que ponerle un vendaje antes, así que conviene tener lo necesario en el botiquín.
Si son superficiales (arañazos), puedes curarlas tú a base de agua oxigenada y mercromina, o incluso, si no sangran, dejar que el perro se lama (la saliva de los perros contiene una sustancia cicatrizante, además de que se limpiará la herida mejor de lo que nosotros lo haríamos). Si necesita puntos de sutura, a urgencias. En este caso hay que evitar que el perro se muerda o rasque mientras cicatriza, por lo que habrá que ponerle una de esas gorgueras especiales para evitarlo. Si es una herida leve que le limpias tú, no uses algodón. Es mejor una gasa (el algodón dejará pelillos en la herida).
Además de las consideraciones generales para las heridas, no está de más una visita al veterinario para tomar precauciones contra la rabia, sobre todo si no conocemos al otro perro y no sabemos si está vacunado o no (si el otro perro no es callejero, da igual lo que diga su amo: por quien tú te tienes que preocupar es por el tuyo y más vale pecar de exceso de precaución).
Aunque son dos cosas diferentes, en la práctica son difíciles de distinguir. En los perros suelen tener efectos mas graves aún que en las personas, pudiendo ser letal si no se actúa a tiempo. Síntomas: postración general, pulso acelerado pero débil, mirada con expresión de angustia, movimientos torpes y mal coordinados, temperatura elevada (42 o 43 grados, o incluso más). Qué hacer: acudir al veterinario a la primera sospecha de que el perro sufre insolación. Si no es posible hacerlo de inmediato, llevar al perro a un lugar fresco y sombreado. Refrescar al animal cubriendole con algun paño mojado y bien frio la región craneal, y abundante agua fría en el resto del cuerpo. Lo mejor es prevenir y evitar las situaciones de riesgo, cosa que el dueño puede conseguir fácilmente con un poco de buena voluntad. No exponer al perro al sol exageradamente, o a altas temperaturas. Por ejemplo, nunca ha de dejarse al perro encerrado en un coche aparcado al sol, ni siquiera con las ventanillas ligeramente bajadas. Recuerda que el perro no puede sudar, por lo que esta forma de eliminar el exceso de calor no está a su alcance.
Si la intoxicación es leve, el perro tratará de vomitar lo que sea que la haya causado. Si es grave, no tendrá fuerzas ni para eso. Tratar de conseguir una muestra de lo que haya ingerido para ayudar al veterinario a identificar la causa y decidir qué hacer. En casa, lo mejor es la prevención. No dejar ningún producto tóxico ni medicinas al alcance del perro (en esto hay que actuar igual que para los niños pequeños). Si en la calle le llevas atado, tampoco habrá problemas porque podrás evitar de inmediato que ingiera cualquier cosa.
Bueno… si es en la cabeza, yo no me preocuparía mucho a menos que haya recibido un cañonazo. Los perros tienen un craneo increiblemente fuerte (el mío, el pastor alemán que veis en la mayoría de las fotos, recibió la coz de un caballo cuando tenía apenas un año, y se levantó del suelo en una fracción de segundo, lanzandose a por el caballo en cuestión y persiguiendole durante casi un kilómetro. Aparte de la herida -3 puntos de sutura- el craneo estaba intacto). Anécdotas aparte, un golpe en la cabeza es un golpe en la cabeza, por lo que conviene llevarle al veterinario para comprobar que no hay conmoción. Cuestión aparte son los golpes en la cara. Si el perro se fractura el hocico o la mandíbula, la situación es grave, pero no se puede hacer mucho más que evitar que se toque con las patas, inmovilizarle con mucho cuidado, y hacer una visita a urgencias.
La situación no es urgente, pero habrá que hacerle un empaste para evitar que el diente se deteriore. Además, si la rotura llega al nervio, necesita una endodoncia. De lo contrario, cada vez que muerda, le dolerá. Puede negarse a comer, con las consecuencias que puedes imaginar, o, como mínimo, si el perro es un perro de defensa, no morderá, lo que sería echarlo a perder. |
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